Una formación entre todos y para todos

En esta formación todos somos sujetos y destinatarios. Los materiales han sido descubiertos y seleccionados por muchas personas: solteras y casadas, laicas y religiosas, sacerdotes y responsables de Pastoral Familiar, matrimonios y equipos de trabajo, jóvenes y mayores… Aunque os encontréis la página “hecha”, su verdadero valor se lo dais vosotros.
Los materiales son para que los utilicéis y ayudéis con ellos a las parejas que empiezan la recta final de cara al matrimonio, pero son también para vosotros, para que os dejéis interpelar por ellos y añadáis lo que vuestra experiencia de vida os ha dado y sigue dándoos cada nuevo día. ¡Adelante!

DiseñandoUna formación en que la pareja es el decorador y el habitante

Las parejas de novios son nuestros destinatarios, pero eso no significa que deban asistir pasivamente a lo que les proponemos. Debemos contar con su experiencia como pareja y con la que tengan —poca o mucha— en relación con la fe. Debéis contar con sus planes y sus sueños, y añadir todo esto a lo que les ofrezcamos, para finalmente devolverles una casa amueblada y decorada con los muebles y colores de la experiencia cristiana y el valor del sacramento.
Que cuando nuestras parejas recorran esa casa, podamos recorrerla con ellos y distinguir entre las paredes que esta vez toda la decoración es diferente a la de otras veces,  pues cada novio y novia ha añadido su “toque”.

Una formación para la vida de la futura familia

DiseñandoAunque está muy de moda el minimalismo, eso está bien solo para el escaparate de una tienda. Cuando llegamos a una casa nos gusta verla llena de vida. Si no hay cosas por el medio y los armarios son invisibles sabremos que ahí no se puede vivir, y eso nos deja sensación de vacío y de ser extraños
en ella. Nuestra casa tiene que ser nueva, limpia, bonita y moderna, pero también vital, confortable, acogedora. Porque debe empujar y valer para la vida, y para afrontar la vida es necesario tener un lugar que sea nuestro, donde descansar y compartir el día a día. Y cuando se trata de una vida que empieza y de una vida de dos —o más— más aún.
No escatimemos recursos, pero sin aturdir, porque entonces marearemos y los novios no podrán distinguir nada. No os reservéis demasiado. Utilizad todo lo que os parece más práctico y bueno para el futuro de la pareja, y lo que no quepa o no sea necesario en esa casa que estáis amueblando, decid a los novios dónde está y que pueden acudir allí a buscar lo necesario para su vida de ahora en adelante. Enseñadles la página, que puedan recurrir a ella en el futuro.

Una formación acompañada por matrimonios decoradores, no maestros de escaparates

Lo ideal es que a un futuro matrimonio le acompañe otro matrimonio, que camine al lado en ese tiempo de reflexión, de parón, de interiorización, de aprendizaje, de experiencia. El papel del matrimonio que acompaña no es “enseñar cosas” (o no solo), sino animar al aprendizaje, incentivar a adentrarse en una experiencia que ellos mismos ya han hecho y saben que merece la pena.

Trabajamos, preferiblemente, en equipo

Para hacer habitable una casa no basta con el arquitecto, ni con el albañil. Es necesario todo un elenco de obreros especializados, y si el diseño es importante, si no se tiene en cuenta por dónde están las tuberías o corren los cables, nada será posible. Los gremios suman fuerzas y comparten saberes para que lo necesario sea también bonito. Como “decoradores” tenemos que saber de todo.
No hay nada mejor que un equipo en que las cualidades y habilidades, en que los miembros empatizan entre sí y con el proyecto y suman formando todo. Pero ya sabemos que esto no siempre es posible. Hay personas que se enfrentan a la tarea en solitario. Tampoco es el fin del mundo, seguro que hay en nuestras parroquias alguien que sepa explicarnos ese pasaje bíblico que se nos atasca o resuma un texto que nos resulta excesivamente largo. Solo no perdamos de vista los otros elementos: que hay cañerías y cables y vigas maestras que recorren la casa y no podemos hacer a ciegas lo que nos parezca. Las parejas ya traen un equipaje; si hay recursos de esta página que no “quepan” entre sus paredes, solo hay que tener un poco de atención y dejarlo para la próxima.

Una formación impulsora de la creatividad

unomasunoLas parejas que llegan a nuestras parroquias, aun cuando ya tengan un tiempo de convivencia en muchos casos, llegan con la ilusión de lo que empiezan juntos. Se abre ante ellos una nueva etapa. Como no hay dos personas y dos vidas iguales, no hay dos proyectos iguales. No habrá dos casas iguales, aunque el plano del arquitecto sí lo sea.
Animad a vuestras parejas a ser creativos, a poner todo lo que ellos son en lo que tienen entre las manos. Animadles no solo a preparar una ceremonia bonita, en que los invitados reconozcan a la pareja que se casa, diferente de las otras treinta bodas que han visto en los últimos diez años. Podéis animarles incluso a elaborar su propio proyecto de vida: ¿cómo queréis que sea vuestra casa? ¿Dónde va a estar? ¿Qué queréis para el futuro? ¿Con qué soñáis, que anheláis, que teméis? ¿Qué fortalezas tenéis? ¿Qué lugar tienen vuestros compañeros de edificio, ésos que habitan a vuestro lado y están siempre cerca de vosotros? ¿A quiénes vais a invitar a entrar?

No hay dos vidas iguales, dos parejas iguales. Sois decoradores de vidas. ¡Adelante!